Las anemias hemolíticas se producen por un aumento o aceleración de la destrucción de los eritrocitos o glóbulos rojos. Su origen puede ser congénito (desde el nacimiento) o adquirido. Dependiendo de la causa que las origine se pueden clasificar en:
a) Anemia hemolítica inmunomediada: El sistema inmunitario del animal reacciona frente a los eritrocitos como si fueran un agente extraño y los intenta eliminar. Pueden ser primarias (la más frecuente), secundarias (post-transfusionales, enfermedades víricas, fármacos…) o anemia isoinmune del recién nacido (muy poco frecuente).
b) Anemia hemolítica por lesión oxidativa de los eritrocitos: reacción a algunos tóxicos como las cebollas, cobre, benzocaína, también en cetoacidosis diabética, esplenectomías…
c) Anemia hemolítica microangiopática: los eritrocitos se rompen en los vasos sanguíneos pequeños debido a lesiones en la pared de los mismos.
d) Anemia hemolítica infecciosa/parasitaria: producidas por Babesia, Theileria, Leptospira…
e) Otras causas: deficiencias de enzimas (fosfofructosamina, piruvatoquinasa…)
La sintomatología que aparece en las anemias incluye: palidez de mucosas, ictericia (mucosas amarillas), letargia, intolerancia al ejercicio, síncopes, taquipnea (respiración rápida), soplo cardíaco sistólico, fiebre, petequias y equimosis (pequeñas manchas rojas en las mucosas), anorexia, vómito, dolor abdominal, polidipsia (beben mucho), linfadenopatía periférica (aumenta el tamaño de los ganglios linfáticos), hepatomegalia (aumento de tamaño del hígado), esplenomegalia (aumento de tamaño del bazo).
Para llegar al diagnóstico completo además de la historia clínica y la sintomatología suelen requerirse diversos análisis laboratoriales (analítica sanguínea completa, Test de aglutinación en porta, frotis sanguíneo, pruebas de coagulación, test de Coombs, serologías ante enfermedades infecciosas, urianálisis…), técnicas de diagnóstico por imagen (radiografía, ecografía), punción de médula ósea…
El tratamiento completo puede incluir:
- Tratamiento de sostén: heparina, metoclopramida (CRI), protector gástrico (ranitidina, sucralfato…), vitamina C, suplementos de hierro, alimentación equilibrada.
- Transfusión sanguínea.
- Oxigenoterapia.
- Tratamiento de la causa primaria.